Las Arpías

 


No son escasas, según el maestro García Guinea, las representaciones de animales fantásticos en el románico cántabro: dragones, sirenas, animales serpentiformes, y, por supuesto arpías. En todos los casos, los estudiosos coinciden en que las representaciones románicas de estos seres , encerraban un simbolismo claro del mal o el pecado, encarnado en formas retorcidas y monstruosas. Las arpías se conocen principalmente por textos Grecolatinos, caso de La Eneida de Virgilio: “No hay monstruo más aciago que ellas ni peste alguna más cruel o castigo de los dioses nació de las aguas estigias. Rostros de doncella en cuerpos de ave, nauseabundo el excremento de su vientre, manos que se hacen garras y rasgos siempre pálidos de hambre” . 

Las arpías constituyen un caso bastante atractivo en cuanto a la ornamentación fantástica. Se trata de un tema ampliamente representado en la cultura clásica. Se conforman generalmente de cabeza de mujer, cuerpo femenino o de ave y cola de serpiente o escorpión, pudiendo tener incluso patas de ave de presa. Según argumenta Diana Olivares Martínez (Las Arpías, Revista de Iconografía Medieval, Tomo VI, nº 11 (2014) UCM): "Este tema resulta algo conflictivo, ya que no aparece en todos los diccionarios de iconografía, puesto que en muchas ocasiones se incluye bien en la descripción de las lamias o en la de las sirenas. Mateo Gómez y Quiñones Costa trataron en profundidad la problemática de las “arpías o sirenas” en la iconografía románica, concluyendo que su presencia en el arte románico no es muy frecuente, siendo superior la de la sirena-pájaro. De la misma opinión es Leclercq-Marx, que insiste en que en español la denominación arpía es empleada abusivamente para designar a todas las mujeres-pájaro de la escultura románica, cuando las sirenas-pájaro fueron mucho más populares, concluyendo que que la mayoría de las mujeres-pájaro esculpidas en las iglesias románicas fueron concebidas como sirenas”. 

En cuanto a soportes las solemos encontrar esculpidas sobre todo en capiteles, ménsulas, canecillos y otros elementos arquitectónicos. En Cantabria encontramos varias bellas representaciones de Arpías, caso de las de Santa Santa María de Bareyo (imagen 1 y 2) o Castañeda (imagen 3). También podemos encontrarlas en Piasca (imagen 4), aunque bastante deteriorada.

Más Información:

  • Diana Olivares Martínez, Las Arpías. Revista Digital de Iconografía Medieval Vol. VI Nº 11 (2014) UCM.
  • Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996
  • Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz

     

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