La Vijanera

 

Arraigada en tradiciones prerromanas, según el estudioso Adriano García Lomas (Mitología y Supersticiones de Cantabria., Ed. Librería Estvdio), esta fiesta tiene su origen en tradiciones paganas que celebraban el inicio del año en honor al dios Jano, lo que podría relacionarse con la representación bifaz del dios y las caras que solían ubicarse en los límites de los pueblos, una mirando hacia fuera y otra hacia dentro lo que "podría determinar la importancia en la celebración del límite o raya pidiendo guerra o paz". En cuanto al nombre de la fiesta existe diferentes opiniones, "la que hace notar la importancia en la zona del dios Jano, que da nombre a uno de los picos del valle, y a quien se dedicó el mes de enero, dios que se representa con dos caras. Otras versiones opinan que el nombre parte del final del viejo año.", según argumenta Nacho Cavia (El Diario Montañés, Miércoles, 22 octubre 2014). 

Fotos de Charo Míguez para Cantabria Románica

La Vijanera se celebra el primer Domingo del año en Silió, salvo que éste coincida con año nuevo; se trataba de una celebración documentada en los valles de Iguña, Toranzo, Trasminar, Campoo y Polaciones. La mascarada de La Vijanera, de origen prerromano, es la muestra viva de la supervivencia de los cultos arcaicos a la naturaleza en Cantabria. La fiesta se encuadra dentro de los ritos de Invierno que se celebran anualmente en varias partes de Europa. De este modo podemos encontrar ritos muy similares en Macedonia, Rumanía, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Polonia, Alemania, Austria, Suiza, Italia, Francia, Irlanda, Inglaterra y Portugal. En España principalmente son las regiones del norte y oeste peninsular las que presentan mayor concentración de fiestas de este tipo: Huesca, Navarra, Burgos, León, Zamora, Asturias, Galicia, Ávila, Cáceres…

Participan en la mascarada más de 75 personajes distintos, aunque son por su papel, los Zamarrones, los más destacados y se encuentran además de en Silió en Polaciones, Liébana y los Carabeos. Aunque todos estos ritos compartan orígenes y rasgos comunes, ninguno es tan rico tanto en personajes como en simbología como la Vijanera. El destacado papel de los zamarrones, según García Lomas,  es ahuyentar los malos espíritus del año que comienza haciendo sonar los campanos que llevan atados al cuerpo. Su misión es la de expulsar a dichos espíritus del pueblo llegando hasta los límites del mismo, tradición que apunta a otras mucho más antiguas probablemente provenientes de la época romana. Se trata de personas vestidas con pieles de oveja y sombreros picudos con la cara pintada de negro que desfilan por las calles.

Fotos de Charo Míguez para Cantabria Románica

Según Ángel del Olmo García (Iconografía sexual en el románico, pag. 108), " Es imprescindible despertar la tierra cada año, y estos bufonescos personajes se encargan de ello con cencerros, comparsas, gritos, lluvias de ceniza, varas y cintas de colores. Ritos que también hunden sus raíces en la Saturnales, donde estos personajes tienen como fin asegurar la fertilidad de los campos, y las azotainas rituales que propinan a hombres, y, sobre todo a mujeres, son con suma probabilidad fertilizantes". En la iconografía románica se asumió la esencia de tales ritos con la personificación del mes de enero representando a Jano como un personaje bifronte, a pesar de que la Iglesia se esforzó durante siglos en extirpar tales ritos, lo que acabó con su prohibición en Concilio de Constantinopla de 692. A pesar de todos esos esfuerzos, al no conseguir erradicarlos, la Iglesia optó por cristianizar los temas y personajes adaptándolos al cristianismo popular. Según Caro Baroja, hay una relación indiscutible entre las fiestas relacionadas con las calendas de enero romanas y las fiestas cristianas. De éste modo y pese a sus denodados esfuerzos, al no poder eliminarlas, la Iglesia optó por colocar otras fiestas Cristianas en esas fechas. 

La segunda parte de la celebración trata de hacer crítica del año que acaba. Los mozos vijaneros se reúnen en la plaza del pueblo y leen unas coplas que, en lenguaje popular y tonos que van desde la jocosidad hasta el ensañamiento, analizan lo sucedido en el pasado año desde nivel local al internacional. La fiesta termina con dos actos, primero se produce "la Preñá", es decir el parto o nacimiento del nuevo año. Tras esto, La Vijanera concluye con la muerte del Oso, que simboliza la victoria del bien sobre el mal y el deseo de buenos propósitos para el nuevo año. 

No nos detendremos aquí a enumerar la cantidad de personajes, todos ellos relacionados con la mitología pagana que pervive desde antaño en Cantabria, que desfilan en la vijanera. Nos limitamos a recomendaros visitar Silió el primer Domingo de año y participar de una fiesta que no deja a nadie indiferente. Podéis encontrar información de primera mano en la web de la Asociación Amigos de la Vijanera ( http://www.vijanera.com ).  


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Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz

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