Se trata, junto con la de Santoña y la de Santa María de Bareyo, de una las tres grandes pilas bautismales del románico cántabro. Es, entre las tres, la de mayor tamaño.
Destaca , en su superficie exterior una decoración de entrelazos que resalta el borde. En el cuerpo, y quizás sea este el detalle que la hace excepcional, destaca un relieve rehundido de Daniel en el foso de los leones, una clásico tema del Antiguo testamento , ampliamente representado en el románico cántabro, aunque sobre todo en capiteles. Daniel aparece en el centro, con dos leones simétricos colocados a ambos lados del profeta, en actitud de sumisión, ya que se aprecia que le lamen los pies, a pesar del enorme desgaste del relieve.
Según García Guinea: " La técnica del rehundido la encontramos también sobre alguno de los capiteles del lado sur del claustro y la misma calidad de la escultura nos recuerda en todo al maestro o maestros que labraron dichos capiteles, por lo que creemos se hace la pila por dichos artistas". La basa de la pila, aunque rehundida, presenta una decoración de sogueado.
Más Información:
- Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996.
- Francisco de Asís García, Daniel en el foso de los leones. Revista Digital de Iconografía Medieval. Nº 1 (2009). UCM.
Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz
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