Situado en lo alto del Valle de Canesa encontramos la antigua localidad de Olea, habitada desde tiempos de la ocupación romana, y, según el Becerro de Behetría de 1352, behetría de Álvaro López de la Serna que pagaba al rey "moneda y servicios". Encontramos en Olea dos bellos ejemplos de reminiscencias románicas: la ermita de San Miguel y la Iglesia Parroquial, con advocación a Santa María. Nos referiremos en este post a la pequeña pero bonita ermita de San Miguel.
La Ermita de San Miguel, según dataciones, de mediados del siglo XII, es una pequeña construcción rectangular con espadaña en el hastial de formas rudas y sencillas. En el murio sur se abre la puerta con arco apuntado que se apoya sobre cimacio sin columnas ni capiteles.El ábside, más bajo que la nave tiene una cornisa sencilla que apoya sobre canecillos lisos. Los contrafuertes son primáticos.
En el interior se conserva un arco triunfal de medio punto apoyado sobre medias columnas con capiteles historiados, aves y guerreros combatiendo, que aún conservan algo de policromía. A la derecha del muro del arco triunfal encontramos un cristo crucificado de talla muy tosca enfrentado a la nave. En una restauración realizada en los años setenta se encontró un ara romana con dedicatoria a los dioses, así como vestigios en el entorno de una necrópolis altomedieval.
Más Información:
- Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996.
- Vicente Herbosa, El románico en Cantabria, Ediciones Lancia, 2002.
- Enciclopedia del Románico. Cantabria. FSMLR. www.romanicodigital.com
Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz
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