San Cosme y San Damián en Bárcena de Pie de Concha


 

Situado junto al curso alto del Río Besaya, Bárcena de pie de Concha constituye un importante núcleo de población desde antaño. Conserva un tramo de calzada romana originado en la necesidad de comunicar el emplazamiento de Pisoraca con Julióbriga y Portus Blendium(Suances). 

En la época que nos ocupa tenemos noticia de Bárcena de Pie de Concha en el Cartulario de Santa María de Aguilar de Campoo de 1210. Se hace mención también al Pueblo de Pie de Concha en el Becerro de Behetrías de 1352 así como en varios documentos fechados durante el reinado de Alfonso VIII, en los que se refieren al pueblo como lugar de la Merindad de Asturias de Santillana que no pagaba derechos al Rey, sino al Obispo de Burgos.

La Iglesia de San Cosme y San Damián, perteneciente en origen al desaparecido Monasterio del mismo nombre, se ubica en las cercanías de la antigua calzada romana, calzada que siguió constituyendo durante toda la Edad Media una vía de comunicación e intercambio comercial entre la Costa y la meseta. Por los datos de otras fundaciones, se supone que el Monasterio debió surgir a finales del Siglo VIII o principios del IX, aunque no hay datos concisos.

La Iglesia se ha conservado prácticamente intacta en su origen románico puro, a excepción de varios elementos añadidos con posterioridad tales como los dos cuerpos superiores de la espadaña, dos capillas anejas al muro meridional y el cierre del muro norte. A excepción de estos añadidos posteriores, la Iglesia se componía de una sola nave, con ábside semicircular liso con una estrecha ventana central y cornisa con canecillos figurados. Portada principal en el hastial con cuatro arquivoltas prismáticas sobre jambas.Los capiteles del arco triunfal presentan leones enfrentados el derecho y volutas el izquierdo, ambos de exquisita talla.

Uno de los detalles más destacados de esta Iglesia es la conservación y variedad iconográfica de los canecillos, tanto los del ábside como los de la cornisa de la nave y el cuerpo de la portada. Se representan figuras humanas y animales y en alguno de ellos encontramos escenas cotidianas y de corte erótico.


Más Información:

  • Jaime Cobreros, El Románico en España, Guías Periplo, 1993, pag. 636-637
  • Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996. Pag. 214-220
  • Vicente Herbosa, El románico en Cantabria, Ediciones Lancia, 2002. Pag.31

Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz

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